sábado, 30 de enero de 2016

HITOS HISTÓRICOS DE TOLMO I

LOS HITOS HISTÓRICOS DE TOLMO; REFERENCIAS, VANGUARDIAS, INFLUENCIAS, IMÁGENES, VOCACIÓN DE VANGUARDIAS.
Donaire "Figura sentada"

Mota "Torso"
Pablo Serrano "Cabeza de Aranguren"
 Gómez Vidales "Figura Sentada




Dice Eduardo Sánchez-Beato en el catálogo de la exposición de Tolmo en el Palacio de Cristal: “La expresión artística es un lenguaje, lenguaje vivencial y convivencial, condicionado por el ambiente social, cultural, económico y político en que nace la obra, y por la ideología fantástica – subjetiva del autor[1].
Establecer qué es aquello que influye en una persona, y de manera especial en un artista, es un tanto difícil. La familia en la que nacemos, el colegio al que asistimos, la época que nos ha tocado vivir, los amigos que frecuentamos. Cada día, cada momento, cada persona elicita una respuesta, una conducta, un pensamiento, un giro en nuestras vidas. Bien es cierto, que el influjo es subjetivo de la propia persona, así nuestro entorno nos influyen  tanto en cuanto nosotros seleccionamos la información que dejamos que nos influya, y siempre en un camino establecido por uno mismo.
            Tolmo –como ya hemos mencionado– comienza su andadura en 1971, pero hay que señalar un primer hito común a casi todos los miembros del grupo[2] –y casi común a todas las personas relacionadas con el arte en Toledo– nos referimos al contacto con la Escuela de Artes y Oficios de Toledo. Este fue el primer hito de los componentes del grupo. En un primer momento la Escuela de Artes y Oficios de Toledo fue formadora de artistas, y de la que surgieron otros que a su vez formaron a los más jóvenes. En la  Escuela de Artes se enseñaba el hacer academicista, las técnicas clásicas, los estudios primarios y básicos, se preparaban para el examen de acceso a estudios superiores universitarios. Pero, a su vez es un punto de encuentro entre personas que intercambian ideas, conocimientos, inquietudes, proyecciones de futuro. En este ambiente se conocen los miembros de Tolmo. En este ambiente comienza la amistad y el afán por trabajar, compartir y vivir por el arte contemporáneo dentro de la ciudad de Toledo. Este primer punto de encuentro de todos los miembros del grupo supone un posicionamiento, favorable hacía la carrera artística que, quizás en un primer momento, no estuviera definido de manera total. Así, el contacto entre todos ellos, y el afianzamiento de su propia personalidad y la certeza –cada vez mayor– de trabajar por el arte. La Escuela de Artes es el lugar en donde el artista que comienza se compara con otros y mide sus éxitos. Esto le impulsa a afianzarse en el camino del arte, frente a otras posibilidades. En el ambiente de la Escuela de Artes comienzan a tener conocimiento de concursos y certámenes que van seleccionando a los mejores artistas. La Escuela de Artes es el filtro que ha ido cribando a jóvenes con inquietudes y escogiendo a aquellos que despuntaban.
La década de los setenta supone un hito en general para Tolmo. Este tiempo se podría dividir en dos: Los primeros años de la década, cuyo principal hito es la cantidad de trasiego de artistas, que aportarán a los miembros de Tolmo experiencias, ideas, y, sobre todo, un bagaje cultural muy amplio. Tolmo comienza como un grupo de artistas que quieren trabajar para dar a conocer el “arte moderno” en Toledo. Pero lo que ni ellos se pensarían es que, la misma situación que en su época impedía la propagación de la cultura en la ciudad de Toledo, a ellos le iba a favorecer, ya que ese ambiente de la España de los setenta facilitó el contacto con otros artistas ya consagrados internacionalmente. En estos momentos la organización y exposición de obras de arte, de artistas de renombre nacional se hizo de manera amigable. Los artistas de Tolmo tenían la facilidad de hacerse amigos de artistas españoles como Canogar, Lucio Muñoz, Juana Mordó, Venancio Blanco, Alberto Sánchez...etc., una lista muy larga de artistas, que expusieron su obra en la galería y que –gracias a Tolmo– trajeron a Toledo el arte de vanguardia que se estaba realizando en la España –un tanto ya aperturista– de la dictadura de Franco. El contacto con los artistas era directo, sin intermediarios, sin comisarios ni manager, “los Tolmo” y los artistas hablaban y negociaban y la amistad surgía de manera fácil, que eso solo se pudo llevar a cabo dentro de esa  España en la que les tocó vivir, y que a ellos –en otros momentos– les supuso una desventaja por un lado, pero en este caso  les favoreció; en cuanto a la segunda mitad  de la década de los setenta supuso la internacionalización de Tolmo, ya que en este término aunarán sus fuerzas para salir de su ámbito local y comenzarán una serie de exposiciones en el extranjero.
En los primeros años de la década de los setenta, un momento decisivo para Tolmo fue la celebración del Certamen Nacional de Pintura  que se realizó en Santa Cruz de la Zarza (Toledo), donde conocieron a los artistas  Lucio Muñoz[3], Amalia Avia, y al crítico de arte José María Moreno Galván. Esto les permitió el acceso y los primeros contactos con el artista toledano Rafael Canogar, que acababa de obtener el Gran Premio de la Bienal de Sao Paulo, en Brasil. La juventud de los miembros del grupo, y el contacto con artistas de otros lugares impulsan el ánimo  a trabajar por aquello que parece ir contracorriente. En diciembre de 1971, la galería se inauguró con la exposición del toledano Rafael Canogar[4]. Son dos hechos importantes en las vidas de sus fundadores: por una parte emprenden una actividad-empresa, que supone un paso adelante y arriesgado; por otra parte, el apoyo de Canogar supuso la confirmación de que el camino elegido era certero. Sin embargo, visto que el contacto con otras personas le hace bien. Tolmo inicia una “pasarela” de artistas por su Galería. Muchos de los mejores artistas de la época colgaron sus obras en la Galería Tolmo. La retina del artista es como el objetivo de la cámara, la retina ve y el cerebro almacena, no se sabe en qué momento se revelará lo observado. Así en este primer momento, Tolmo –compuesto por Raimundo de Pablos, Rojas, Luis Pablo y Beato– tienen entre sus manos obras de autores figurativos como Venancio Blanco, Perelló, Amalia Avia, así como el profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Toledo, don Cecilio Mariano Guerrero Malagón. Estos crean con un arte muy personal, lejos de lo convencional y, de ninguna manera, anclados en la escuela decimóninoca española. Son de las primeras vanguardias españolas, que han aportado un peso importante al arte español, que ven en el naturalismo la proyección universal de la creación estética. Hay que reconocer que los años cincuenta, sesenta y setenta son confusos para el arte, pero entre la confusión se destacan los seguidores de la novísima estética del naturalismo[5]. Tendrán la oportunidad de ver obras de Lucio Muñoz y de Rafael Canogar, ambos representantes del grupo El Paso, representantes del informalismo y de las segundas vanguardias españolas. Los miembros de Tolmo no se sienten influenciados directamente por ninguno de ellos, pero no cabe duda, que  reafirmará  a los distintos miembros en su posición estética ante el arte.
Así, “los Tolmo” que optan por el naturalismo, figurativismo o realismo, encontraran un apoyo en aquellos; y los que buscan sus manifestaciones plásticas más encaminadas al informalismo, expresionismo u otros “ismos”, verán su espejo en los otros. No se trata de copiar a otros, sino de compartir aquello que está dentro de su mentalidad de esta década. El flujo de ideas no es unidireccional de los artistas que vienen a la Galería Tolmo, sino que también Tolmo y su diversidad aportan ideas, frescura, ilusión, entrega. En cualquier caso, muchas veces el influjo no procede tanto de las obras, o de su forma de proceder, sino del trato con ellos, de sus planteamientos filosóficos, estéticos y artísticos. Las conversaciones desde la amistad, los comentarios –a veces sin reflexión, pero que dejan ver su interior– afianzan o incluso rectifican aquello que un artista joven está viviendo en sus propios planteamientos.
            Otro momento destacado en su vida –que pertenece a la primera mitad de la década de los setenta– ha sido su relación con la figura de Alberto Sánchez. Dicen que las personas, como los árboles nos unimos por las heridas, o más bien por aquello que tenemos en común. En el caso de Alberto y Tolmo,  tienen como factor común su Toledo natal, su arte de ruptura con el pasado, y el afán por trabajar por el arte contemporáneo. La galería Tolmo, organiza, del 19 de enero al 14 de febrero de 1974, una exposición, Homenaje a Alberto Sánchez[6], es el primer homenaje que se hace a Alberto Sánchez en la ciudad de Toledo.  Alberto es un gran artista, hijo de esta ciudad, y la exposición se realiza con la aportación más destacada posible del arte español. Se edita un libro en el que aparece una poesía de Rafael Alberti[7] y un escrito de Picasso[8], ambos dedicados a Alberto, y una biografía de Alberto Sánchez, escrita por Luís Lacasa[9]. En esta exposición participaron Abel Cuerda, Alberto, Amalia Avia, Aroldo, Bartola, Barón, Beato, Caballero, Canogar, Chillida, Chirino, Donaire, Equipo Crónica, Feito, Luis Pablo Gómez Vidales, Guerrero,  Juana Francés, Julio L. Hernández, Labra, Lucio Muñoz, Montaña, Juan Mota, Pablo Serrano, Palazuelo, Perellón, Raimundo de Pablos, Rojas, Salvador Victoria, Sancha, Saura, Sempere, Venancio Blanco, Zarco, Zobel. Tolmo organiza, con un “cartel” de excepción un evento de categoría internacional. Son momentos de cierto “aperturismo” de la dictadura, de la economía, la industria, incluso podemos hablar del arte. Sin embargo, Alberto Sánchez se había exiliado a la URSS –dictadura comunista–, y en estos momentos, todo le que procedía del comunismo aun  era prohibido. Aun así la realidad es que la exposición se efectuó, no sin la ocurrencia de algún hecho para el anecdotario como la amenaza de bomba de un militar exaltado, por lo que el Gobierno Civil[10] tardó mucho en dar su autorización para el evento, y ello con la obligada escolta de la policía nacional.  Este panorama era la tónica nacional, y por tanto, los artistas que aportan sus obras para la exposición son conscientes del reto que supone para Tolmo. Esto no hace nada más que engrandecer la valía de Tolmo, y mostrar hasta qué punto están preparados e ilusionados por el arte en España.





[1] SÁNCHEZ-BEATO, Eduardo. Catálogo de la Exposición del Palacio de Cristal de Madrid en 1976.
[2] En 1971, Tolmo está compuesto por: Beato, Luís Pablo, Sanguino, Rojas, Raimundo de Pablos.
[3] Lucio Muñoz artista informalista estaba casado con Amalia Avia, pintora del panorama artístico español de la escuela madrileña. Nacida en Santa Cruz de la Zarza (Toledo)
[4] Rafael Canogar, expone cedido por la Galería Juana Mordó, ya que Rafael Canogar tenía la exclusiva expositiva en esta Galería.
[5]WORRINGER, W: Abstracción y Naturaleza. 1953. Worringer  define el naturalismo:“...cuando digo “naturalismo” aludo precisamente a todo lo contrario de la pura imitación de la naturaleza, sino el naturalismo como el acercamiento a lo orgánico y vitalmente verdadero, y no porque se hay querido representar un objeto natural apegándose fielmente a su corporeidad, no porque se haya querido dar la ilusión de lo viviente, sino por haberse despertado la sensibilidad para la belleza de la forma orgánica y vitalmente verdadera,   y por el deseo de satisfacer esta sensibilidad rectora de la voluntad artística absoluta. En el naturalismo se aspira a la dicha artística absoluta. En el naturalismo se aspira a la dicha que da lo orgánico-viviente, no a la de lo vitalmente verdadero...”.
[6] Homenaje a Alberto Sánchez. Catálogo de la exposición celebrada en la Galería Tolmo. 1974.
[7] ALBERTI, Rafael. Alberto Aqui, 1970. Idem. Pag. 11.
[8] PICASSO, Pablo. Palabras de Picasso sobre Alberto.  Idem. Pag. 13.
[9] LACASA, Luís. Alberto (1985-1962). .  Idem. Pag. 15.
[10] GARCÍA RODRIGUEZ, Julián (Jule). Entrevista con Jule. 23/12/2006: “...Cuando se realizó la exposición Homenaje a Alberto Sánchez, el Gobierno Civil les aconsejó cerrar la galería. Hubo una amenaza de bomba, (ten en cuenta que Alberto había vivido en Rusia y representaba ser un pintor comunista). Estuve en los pasillos del Gobierno varios días, y el día que nos concedieron el permiso, estuve toda la mañana esperando,  antes de que bajara con la autorización, desde el Gobierno Civil (Zocodover) a la galería, ya tenía a la escolta preparada, el Gobernador asignó una pareja de “grises” para el día de la inauguración...tuvimos que poner una reja en la entrada para proteger las obras y la galería...”.

 Beato "Confrontación gris"
Canogar
 Chillida "Acero"
Chirino "Lady"

Juana Francés "Pintura"
Montaña "Venus Electrónica"
Raimundo de Pablos " Paisaje urbano"
Venancio Blanco "Homenaje a la música contemporánea"
 Rojas "Telas con líneas rojas"



jueves, 28 de enero de 2016

Grupo Tolmo







CAPITULO I

En el capítulo I de la tesina aparecía un contexto socio-artístico, cuyo objetivo pretendía poner en situación sobre el ambiente en el que se encuentra imbuido este grupo de jóvenes que pretendía caminar en el ámbito artístico. La importancia del contexto nace desde el punto y hora de que estamos influenciados por lo que nos rodea, a la par de que nosotros somos influjo -a veces sin ser conscientes- de aquellas personas en las que nos hemos puesto como punto de mira. Eso fue lo que ocurrió en mi caso, ya que este grupo de artistas se han situado en mi punto de observadora desde que era muy pequeña, convirtiéndose en un referente obligado en mi camino hacia el estudio del arte y en concreto de la escultura contemporánea.
Os dejo un enlace del escrito que sirvió como capítulo I de la tesina:
https://drive.google.com/file/d/0BxPnCQ0dyqXoSm4tZkdLV1JtbzA/view




DECLARACIÓN DE INTENCIONES




 De izquierda a derecha: Sánchez-Beato/ Luis Pablo Gómez Vidales/ Jule/ Raimundo de Pablos/ Paco Rojas/ Villamor/ Fernando de Giles/ Cruz Marcos

Nace este blog después de 10 años investigación en arte contemporáneo, años que han estado marcados por la dualidad de la búsqueda en solitario mezclada con la labor de campo, que ha consistido fundamentalmente en acudir al estudio de numerosos artistas para conocer desde su perspectiva los planteamientos de su manifestación plástica. En todos estos años he llegado a la conclusión de que el arte es un desconocido ante el público, empezando por mí, y que es necesario que exista un fluir de compartir conocimientos entre los que emiten un mensaje y a los que va dirigido. No estoy de acuerdo en que el arte es privilegio de unos pocos y aquí me sale mi vena popular, por lo que pretendo que el arte esté al alcance de todos, por lo menos emocionalmente, ya que todos tenemos la capacidad de sentir y por tanto de empatizar con el artista. Con este blog pretendo difundir la evolución del arte contemporáneo a lo largo del siglo XX hasta llegar al arte actual.
Me planteo dos vías de desarrollo de este blog, que si soy capaz de hacer dos apartados irán en paralelo:
*La primera comenzar con las manifestaciones plástica desde el principio del siglo XX, con el objetivo de asimilar la evolución que el arte ha tenido hasta nuestros días, de ahí que el primer artículo que publiqué fue el de “La Exposición de Artistas Ibéricos”, primero de otros que nos irán presentando lo que se ha ido haciendo en España a lo largo del siglo XX
*Por otra parte también pretendo seguir el orden en el que fui asimilando mis conocimientos, es por ello que comienzo con el Grupo Tolmo, ya que ellos son los artífices de mi amor por el arte contemporáneo. Estudié este grupo porque trajeron a mi ciudad la modernidad en las artes visuales. En el año 2007 terminé y entregué mi tesina con un trabajo titulado: “Tolmo. Vanguardias del arte en Toledo, el cual permanece desde hace nueve años encuadernado en la librería de mi casa y sin que haya sacado mayor provecho de él.
La tesina la realicé en un curso escolar muy intenso y pudo llevarse a cabo gracias a la colaboración de todos los miembros del Grupo Tolmo, de aquella experiencia solo guardo buenos recuerdos. Al día de hoy el grupo se ha disuelto, no sabría explicar muy bien el motivo que desencadenó este hecho y tampoco entra dentro de mis pretensiones. Lo que sí está en mi mano es publicar todos los conocimientos que tengo sobre este grupo.

En primer lugar el debido recuerdo a dos de sus integrantes que hoy ya no se encuentran entre nosotros: Aroldo y Fernando de Giles. El primero estuvo muy poco tiempo como integrante, pero de gran calado artístico; Giles por su parte, estuvo al pie del cañón todo el tiempo revitalizando y animando todas las actividades del mismo.
Abajo os dejo una dirección que os remite a la introducción del trabajo que realicé sobre el Grupo Tolmo 


https://drive.google.com/file/d/0BxPnCQ0dyqXoUERfR3p3VVNxT2s/view?usp=sharing

miércoles, 27 de enero de 2016

EXPOSICIÓN DE ARTISTAS IBÉRICOS DE 1925

28/05/1925. Inauguración de la Exposición de artistas ibéricos, en el Palacio de Exposiciones del Retiro


Monumento a Santiago Ramón y Cajal
Victorio Macho 1926
el relieve Fuente de la Vida fue expuesto en la Exposición de Artistas Ibéricos, en el año 1925
http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1925/06/21/012.html



En España, alrededor de los años veinte del siglo XX, comienza a experimentarse una renovación artística cuyo punto de partida será la Exposición de Artistas Ibéricos (1925). Antes, otros creadores de la primera vanguardia española  se hacen eco de regeneradores movimientos artísticos europeos –a través del Cubismo, Simbolismo o Surrealismo–, aunque no llegan sino a perfilarse de manera muy embrionaria. Estos cambios se producen, principalmente, entre autores jóvenes: unos, caminarán bajo la tendencia neocubista; otros, juegan con una plástica presurrealista y, algunos otros, cultivan una “pintura poética”. Todos ellos conforman un conjunto que desarrolla la mayor parte de su actividad durante los años previos a la Guerra Civil. Exposiciones colectivas e individuales son el síntoma del cambio que está produciéndose y que se generaliza entre ellos, una vez que han conectado con diversos intelectuales –poetas, novelistas, ensayistas–, que comienzan a defender sus posturas creativas en numerosas revistas de corta vida y escasa proyección.
En la mencionada exposición participan pintores como Aurelio Arteta, Luis Begaria, Luis Berdejo, José Benito Bikandi, Francisco Bores, Benjamín Palencia, Pancho Cossío o Hernando Viñes. En el panorama escultórico despuntan jóvenes con una forma nueva de entender el volumen escultórico, Emiliano Barral, Quintín de la Torre, Juan Adsuara –quien al principio se apega a la talla y la imaginería religiosa evolucionando hacía un tratamiento más orgánico de los volúmenes, consciente de que la anécdota debe pasar a un segundo plano–, Alberto Sánchez –participa con nueve esculturas y varios dibujos que le servirán para darse a conocer como artista de vanguardia, Victorio Macho– forma parte de un conjunto de escultores que propugnan una renovación de la escultura frente al academicismo imperante en el gusto de la época, Mateo Hernández –opta por la simplificación de los motivos, la rotundidad del volumen, la articulación de los diversos componentes–, Luis Marco Pérez… etc. La muestra sería clave para el desarrollo de la vanguardia en España. Puso de manifiesto la necesidad de innovación y modernidad del arte español.
A partir de este momento se producirá una diáspora de estos artistas de vanguardia. Optan por viajar a Francia en busca de nuevos lenguajes; algunos de ellos pasarán a formar parte de la denominada Escuela de París. Ahí se incluyen diversos vanguardistas españoles que trabajan estos nuevos lenguajes de cambio.
Otro grupo de autores permanece en España y protagoniza –entre 1925 y 1931–, las vanguardias plásticas y literarias y camina por unos posicionamientos neo-casticistas. Los ejemplos más sobresalientes son Alberto Sánchez, Maruja Mallo –pinta escenas populares–, el propio Benjamín Palencia, Ramón Gaya y Moreno Villa, por no hablar del cada vez más extendido desarrollo de los diversos realismos regionalistas no académicos. Así, la escultura se moverá entre la tradición y la renovación. Son complejas las cuestiones que plantea la escultura peninsular en el entorno de 1920 a 1930. Una serie de escultores, entre quienes destacan Ángel Ferrant y Alberto Sánchez, se inscribe con claridad en el ámbito de la renovación e incluso del vanguardismo.
Escultores como Francisco Asory, Xosé Eiroa Barral, Sebastián Miranda o Quitín de la Torre… continúan sumidos, intentando superar los límites de un regionalismo “anecdótico” en una visión muchas veces esencialista de Castilla, de España. Son herederos del debate suscitado por la Generación del 98, con alguno de cuyos miembros mantienen estrechos lazos cómplices. Asumiendo la iconografía de Zuloaga, se debatirán entre el realismo tradicional y la renovación del lenguaje escultórico.

Un tercer grupo se mueve con límites mucho menos precisos; son renovadores y tradicionales a un tiempo, indecisos entre el abandono de unas formas ya convencionales en exceso y la creación de una escultura nueva. Aquí, Julio Antonio junto a Victorio Macho, Juan Bautista Adsuara, Mateo Hernández, Juan Cristóbal, Francisco Pérez Mateo, Emiliano Barral y, con rasgos singulares, Daniel González. Todos ellos cuentan con una fuerte presencia social y cultural y convierten la tensión de aquella dialéctica en uno de los factores, sino en el principal, de su estilo. No es un grupo que ofrezca límites precisos, tampoco homogeneidad y si bien suele ligarse a la evolución de la “escultura castellana” no todos son castellanos, no lo es Julio Antonio, un artista catalán que se mueve en la órbita del “Noucentisme” con una influencia decisiva sobre el resto de estos artistas.


Óleo de Benjamín Palencia, 1920, expuesto en la Exposición de Artistas Ibéricos de Madrid 



 Alberto Sánchez














Catálogo de la Exposición de Artistas Ibéricos