miércoles, 28 de abril de 2021

SU ÚNICO ERROR: NO CREER EN ELLA (De la serie Daliça Yahon en el lugar de Yuncoslabia)

    La niebla ocultaba cualquier paisaje posible, ni el cerro de Ashlam, ni su oráculo eran visible. Aquel día se quedó sin oráculo, pero la opacidad de todo lo que le rodeaba le susurraba la urgencia de un cambio, urgía que Daliça lo viera todo bajo otro punto de vista, pero le estaba resultando difícil. Quizás había enfrentado el conflicto en el flanco equivocado, quizás el hecho de no querer conflictos, lo único que conseguía era atraerlos con más ahínco. En ocasiones nos ofuscamos creyéndonos partes de un conflicto, juzgando que toda gira al rededor nuestro y, sin embargo, ni somos el centro del universo, ni tan siquiera este sabe de nuestra presencia. Sin embargo, aquel día cuando entró al despacho del director para solicitar un día de descanso, observó que sobre la mesa había un papel en donde ponía su nombre: Daliça Yahon. ¿por qué estaba su nombre? ­-se preguntó, intentando retirar aquellos malos pensamientos de su cabeza, sabiendo que terminarían en una neuralgia-, sin ella pretenderlo estaba siendo el centro de otro conflicto del que no era consciente, ni nadie le había informado todavía. ¡Qué largo se le estaba haciendo aquel curso!, ¡qué inexplicable era todo lo que le estaba sucediendo!

Daliça había llegado a la edad adulta sin ayuda de ninguna pastilla calmante, ni ninguna sustancia química; había pasado infinidad de situaciones conflictivas en las que otras personas hubieran necesitado ayuda, pero ella no; había sufrido fracasos, pérdidas humanas importantes, sin hacer uso de ellas; también había sido dejada de lado por grandes amigas, por hermanos y por personas allegadas, sin la más mínima piedad, y ella no había acudido jamás ni a drogas, ni a ninguna evasión, como tantas personas; más bien había encarado a pecho descubierto cualquier tipo de desprecio o abandono, cualquier tipo de revés. Pero aquello se estaba pasando del castaño oscuro. Si había algo que ella tenía claro, es que ya era hora de dejar cualquier sufrimiento, era momento de actuar, para dejar de rogar consideración de los que le rodean, amor, de pedir ser querida, incluso de ser reconocida, o tratada con la consideración que merecía. Y desde luego no iba a caer ni en estupefacientes, ni en pastillas que le calmara aquella ansiedad que le ardía en la boca del estómago desde hacía meses, desde que estaba en aquel lugar.

Su nombre en una hoja, encima de la mesa del director, no había sido puesto ahí porque sí, había una intención. Todavía no sabía de quién, pero alguien quería que ella lo viera y la máquina de la autodestrucción comenzara su labor. Daliça tenía dos opciones: una indagar sobre la intención de aquel detalle totalmente intencionado por parte el guionista cósmico; o hacer que todo le importe un pimiento, ya que cuanta más importancia le diera antes conseguiría la neuralgia, y la ansiedad.

Dirigió la mirada al papel -la mirada de Daliça era de las más expresivas que podían existir-, una sonrisa apareció en su mirada, levantó una ceja -un gesto muy suyo- mirando a los ojos del director y al papel en un movimiento ligero y subliminal, manejando el lenguaje no verbal a la perfección -seguramente su interlocutor no era consciente del significado auténtico de aquel gesto-. Ella tampoco lo era, ya que no tenía ningún significado, sin embargo, algo dentro de ella la llevó a realizarlo, para hacerle ver que había visto su nombre en aquel papel cutre.

Daliça había comprendido de una vez por todas quien era la que mandaba, ella. Atrás debían quedar tantas personas que habían abusado de su inocencia a lo largo de su vida, esas personas que sabiendo que estaban teniendo un comportamiento abusivo hacia su persona, habían accedido para beneficiarse de cualquier situación -ya fuera económica, social, incluso por sentirse superior-, personas sin escrúpulo moral que habían sido capaz de mentir, engañar, traicionar para conseguir su objetivo. Por fin comprendió que cualquier señal exterior, era eso, externa a ella. Su grandeza consistía en ser ella misma, en su carácter transparente, en su honradez, en su hacer siempre lo correcto, en la sinceridad, en ser una mujer responsable, sin doblez, sin nada que ocultar. Su único error no creer en ella misma.

            A partir de ahora, creería en ella misma, y lo primero que haría iba a ser pedir ayuda a un profesional, alguien que le asesorase.

domingo, 28 de abril de 2019


En homenaje a JOSÉ FERNÁNDEZ-ARROYO FERNÁNDEZ DE SIMÓN, le conocí a través de una entrevista telefónica, y rápidamente me cautivó, a penas manejaba los ordenadores, por lo que no me pudo enviar mucha información, pero su conversación era amena y lucidez. Me estuvo hablando de cómo se vivió el postismo, de cómo escondían bajo títulos cristianos o clásicos poemas, pinturas, esculturas, y arte en general, ya que pasaban la censura. Con él me eché unas risas, de esas escandalosas que me caracterizan, lo que daba alas a una mente con experiencia y mucho tiempo libre.

José Fernández-Arroyo nació en Manzanares en el año 1928. Poeta, escultor y pintor, en 1951 se traslada a Madrid y se relaciona con artistas de la estética postista[1], como los poetas Ángel Crespo, Eduardo Chicharro y Gabino Alejandro Carriedo, o el pintor Gregorio Prieto. A partir de este momento colabora activamente en las revistas del grupo. Deucalión, El pájaro de Paja, la colección Doña Endrina y Triloe, entre otras, son sus primeras manifestaciones literarias, a los que siguen numerosas publicaciones poéticas junto con la revista “Cáscara amarga”.
Además de su obra literaria, a partir de 1962 cultiva la escultura en hierro, una vez que se relaciona, entre otros, con el pintor manzanareño Antonio Iniesta, con los pintores Antonio Guijarro, Gregorio Prieto o Agustín Úbeda y el escultor conquense Leonardo Martínez Bueno. Aunque no se considera escultor sino simplemente “alguien afín a la poética de las artes plásticas”, en su dilatada trayectoria escultórica ha trabajado los diferentes materiales (madera, piedra, bronce, hierro), “Yo me siento más poeta que escultor […] la mayor parte de mi obra es en hierro […] es una obra constructivista y abstracta…”[2], con numerosas exposiciones individuales.
En su obra, totalmente abstracta (figs. 150 y 151), las figuras –de geometría irregular– se disponen unas al lado de otras, con semejanza, existiendo un predominio de la composición triangular y con un cierto alargamiento, buscado por el autor, que evoca una fabulosa emoción espiritual, en una representación de la Humanidad, una metáfora poética, en la que el Hombre toma protagonismo dentro de la abstracción y con una semántica en la que siempre aparece “el hombre” como objetivo fundamental del arte.
En 1999, realiza un Exposición Antológica de su obra plástica en el Gran Teatro de Manzanares en la que presenta las pinturas y las esculturas más representativas de su trayectoria artística, desde su primera exposición individual (1962) en la sala Abril, de Madrid.

Fig. 150.- S/T
José Fernández-Arroyo
Hierro soldado,
120 x 160 x 50 cm, 1998.
Propiedad particular.
Catálogo
de la Exposición en el Gran Teatro
de Manzanares, 1999.

Fig. 151.- S/T
José Fernández-Arroyo
Hierro soldado, (1,20 x 50 x 30cm)
y (1,50 x 60 x 50 cm), 1998.
Propiedad particular. Catálogo
de la Exposición en el Gran Teatro
de Manzanares, 1999.





[1] Natividad Cepeda, El camino andado de José Fernández-Arroyo, “…el movimiento conocido como el Postismo nació en el Café Castilla de Madrid a principio de 1945. Para su presentación se repartieron unas tarjetas que llevaban el nombre de sus fundadores, Eduardo Chicharro, Briones, Carlos Edmundo de Ory y Silvano Sernesi (italiano)…,” Prometeo Digital, 2009, p.35.
[2] M. J. García Rojas, entrevista telefónica mantenida con José Fernández-Arroyo, 29 de abril de 2013.

miércoles, 18 de enero de 2017

VÍCTOR GONZÁLEZ GIL (Talavera de la Reina, Toledo 1912-Madrid, 1992) Su infancia transcurre en una vivienda aneja a la sacristía de la ermita de Nuestra Señora del Prado , desde muy joven muestra su inclinación al arte haciendo figuras de barro con soltura. De familia humilde, es becado en 1926 por el Ayuntamiento de Talavera de la Reina para realizar sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Toledo, recibiendo en 1927 el Primer Premio de Escultura. Tras finalizar su formación es becado por la Diputación de Toledo, matriculándose en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid en el curso 1930-31, sección segunda, donde destaca en Modelado y en Talla en piedra. Entre 1931-1936 estudia en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid (fig. 1), obteniendo el título de profesor de Dibujo y Escultura, obteniendo Diploma de Mérito en Estudio de los Métodos y Procedimientos de la Enseñanza, Matrícula de Honor en Enseñanza General del Modelado, así como Diploma de Mérito en Modelado del natural y Composición Escultórica. Miembro de la Generación del 27, funda la revista Rumbos, de arte y literatura, manteniendo excelentes relaciones creativas con Gómez de la Serna, Gutiérrez Solana, Pablo Neruda, Vicente Aleixandre o Miguel Hernández, algunos de los cuales colaboran en ésta y en 1936 recibe el Premio de Modelado del Estado, mientras compagina su actividad creativa con la docente en diversos centros de Enseñanzas Medias. Él mismo se define como un escultor “con pasión”, fuerza que arranca de sus primeros años, con claras influencias del vasco Aurelio Arteta (Bilbao, 1879-México, 1940) o de Solana. Sin embargo, también pertenece a una generación que ve sus ilusiones truncadas por la guerra, con compañeros muertos o en el exilio y la angustia de su permanencia en España. En 1939 trabaja en una imprenta en Madrid, en la calle Garcilaso, ciudad en la que vive y donde trabaja como escultor. En 1940 se traslada a la calle de Abada 2, siendo vecino del coreógrafo Resti, para trasladarse, en 1942, a la calle Fernández de la Hoz nº 58, donde finalmente se establece. Una vez finalizada la contienda, depurado y ante la imposibilidad del reconocimiento de su antiguo título académico se dedica en exclusiva a la escultura, realiza numerosos encargos de restauración y elaboración de imaginería religiosa, en detrimento de otros formatos escultóricos. No obstante, en 1942 realiza Raquetista (fig. 2), siguiendo con bustos y obras creativas. En el Cristo de la Fe (fig. 3), al recoger un encargo rechazado en otros dos autores, demuestra su gran técnica. Habiendo trabajado en la restauración del altar mayor, obtiene el beneplácito del Ministerio de Educación Nacional, que certifica el 30 de marzo de 1943 la similitud con el Cristo anterior. Su ejecución tiene gran repercusión en todo el país, originándole el encargo de otras muchas obras, que fue realizando a lo largo de su vida creativa, principalmente porque no se le reconoce su antigua plaza como profesor. Sus muchas obras, muy repartidas por la geografía española, además de la obra mencionada, el Cristo de La Serradilla (Moscú), La Flagelación y la Oración del Huerto (Madrid) o el Monumento a La Constitución Española (Talavera de la Reina). Entre 1940 y 1944 realiza varias imágenes de La Virgen de la Paz para diferentes localidades, Pueblanueva (Toledo), Chilluevar (Jaén), para las religiosas de La Providencia en Usera (Madrid), para Ciudad Real... Con una ejecución admirable y perfecta, como imaginero es enorme su volumen creativo. Así, en 1946 obtiene la Medalla de Bronce en la V Exposición Nacional de Estampas de la Pasión (Palacio del Retiro, Madrid), con La oración en el Huerto; y, con La Flagelación, la Medalla de Plata en la VI Exposición de Arte Sacro (Círculo de Bellas Artes de Madrid) en 1949. Es en esta época establece su taller en la calle Fernández de la Hoz, en el número 66, al necesitar mayor espacio para dar salida a diferentes tratamientos como policromar, dorar, realizar altares, tronos, carrozas, etc. Realiza numerosas imágenes relacionadas con San Juan Bosco que le proporcionan reconocimiento y fama. Considerado como el abanderado del arte vivencialista en España, o vivencialismo, verdadera primera vanguardia de la posguerra si nos atenemos a cualquiera de sus disciplinas y primera en un ámbito histórico superior si tenemos en cuenta que se establece una “conexión” entre saberes y oficios diversos, como las Matemáticas, el Dibujo, la Poesía, la Medicina o la Economía. Este movimiento, fundado en 1950 por un grupo de intelectuales y artistas entre los que se encuentra Víctor González Gil, reunidos en la Tercera Tertulia del café Gambrinus en Madrid, nombra presidente a Francisco Trujillo Marín. Más tarde (1983), formar parte del grupo “Pórtico 3”, con posterior sede en el Ateneo de Madrid, asistiendo a las tertulias de los miércoles en el café León, en el Círculo de Bellas Artes y en el Café Gijón. Durante los cursos 1951 y 1953 es profesor de Modelado de Instituto de Selección Escolar de Madrid. En 1954-1955 imparte un curso de Dorado en la Escuela de Artesanía de Madrid pues, aunque no se le reconoce el título como profesor hasta más adelante, su fama le permite la contratación en instituciones privadas. Víctor González Gil está presente a través de sus obras en muchos rincones de Talavera de la Reina, en numerosas iglesias, teniendo tallas, retablos (fig. 4), bustos… en numerosas ciudades (Santander, Jaén, Madrid, Moscú…), inventariándosele, en 1982, un total de 41 bustos, 12 esculturas, 120 imágenes, 12 retablos, 14 pasos de Semana Santa, 136 dibujos, 20 grabados y 45 medallas. Fallecido en 1992, deja sin terminar, la imagen del Señor de Las Penas (Ciudad Real), talla completa de madera que representa a un Nazareno en actitud de Humillación con la cruz a cuestas, que es finalizada y policromada por el escultor Faustino Sanz Herranz. En 2006 el Ayuntamiento de Talavera dedica una exposición a la obra y vida del artista talaverano, reflejando la voluntad de sus paisanos de dejar escrito su nombre en la memoria para siempre. Fig. 1.- Adán y Eva en el Paraíso Víctor González Gil. Piedra, 350 x 200 x 40 cm, 1942. Bajorrelieve, ya dibujado en la escuela de Bellas Artes de San Fernando; Colección particular. Fig. 2.- Raquetista Víctor González Gil. Piedra, 1942. Colección particular Fig. 3.- Cristo de la Fe Víctor González Gil. Talla en madera, 1943. Parroquia de Ntra. Sra. del Carmen y San Luis, Madrid. Fig. 4.- Retablo de las Ánimas Víctor González Gil. Madera, 1943. Parroquia de San Bartolomé. Andújar, Jaén. Para más información: victorgonzalezgil.galeon.com/

sábado, 2 de abril de 2016

LENGUAJES VISUALES

Resurge cual Ave Fénix sobre sus cenizas, el maestro de varias generaciones de escultores en Toledo, y cuando parece que ya el universo nos quiere privar de su arte, él se reinventa dándonos una lección de tesón y perseverancia, y es que su mente creadora no ha cerrado por jubilación, Gabriel Cruz Marcos aún tiene mucho que comunicar, las ideas fluyen ante la impotencia de encontrar el medio para transmitirlas y lo encuentra adaptándose al siglo XXI, una experiencia que ya vivió en otras ocasiones negándosele aquello que él más desea, a la vez que él encuentra la salida del laberinto. Gabriel Cruz Marcos nos presenta siete infografías sobre lienzo, en las que plasma a través de una manipulación informática su universo, aquello que le ha dado momentos reales y con los que ha alimentado su espíritu. Su obra actual de nuevo bebe en las raíces de la figuración como lo hacía en la escultura, sin embargo la temática se centra más en el hombre y no tanto en la naturaleza. Es una obra colorista y alegre que invita a ser colocada en estancias en donde el estado de ánimo estuviera predispuesto al comienzo de nuevas energías positivas. El hombre se torna el epicentro generador de emociones capaces de evocar sentimientos que subyacen en su última temática, la que ocupa la creatividad de Gabriel, él es un observador que se posiciona exento del ambiente a la vez que inmerso en el fluir continuo de energías de las que no puede abstraerse, sino más bien dejarse arrastrar, aquellas que envuelven su creatividad y le llevan a plasmarlas a través de nuevas técnicas, toda una aventura para él. De nuevo me ha sorprendido positivamente, ya que si en su anterior exposición dió el salto a la informática, en esta domina el medio y se siente en su nuevo elemento para continuar transmitiéndonos y creando.

ARTEFACTOS Y REVERBERACIONES

Artefactos y reverberaciones es una exposición que ayer día 1 de abril se inauguró en el hall del hotel Beatriz de Toledo y que permanecerá abierta al público durante los primeros días de abril. El trabajo que se nos presenta está consensuado entre la experiencia médica de Pablo Molina y la escultórica de Francisco López. Ambos se sumergen en la aventura de investigar y descubrir el paisaje interior del cuerpo humano, del que aíslan, discriminan y subrayan aquella parte de los órganos que se encuentra en el interior físico del hombre. En su aventura dan un paso de rosca al mero conocimiento y reflejo del cuerpo humano, ya que en su búsqueda se encuentran con un mundo poético con una semántica propia. La obra, en un principio, se nos muestra totalmente abstracta revelando su semántica solo cuando es explicada. Mientras, su significación se pierde en el mundo de la propia interpretación. A mí me evoca una complicidad que surge ante una totalidad desconocida, es en estos comienzos en los que mis sentidos interpretan paisajes poéticos propios, en ese primer momento en que me encuentro con una obra desconocida y ante la que puedo construir mi propia interpretación. Dos son las obras que quiero comentar, ya que son las que más eco he encontrado: OVULACIÓN En la que nos encontramos una pieza en bronce con pedestal de mármol negro, en donde se nos muestra la confluencia de formas geométricas curvas, en las que una masa ovoide atraviesa de manera perpendicular una pared también curva. Las formas huyen de la perfección geométrica añadiendo valor al efecto funcional frente a la perfección de las líneas geométricas, arrancamos la enseñanza que la perfección del cuerpo humano nos aporta, la imperfección perfecta. Ovulación se me antoja el comienzo de un nuevo proyecto, en el que todo se articula para las diferentes posibilidades, de entre las que sólo surgirá una sola realidad. Sin embargo, la obra nos muestra ese momento primero, el que contiene la totalidad de todas las posibles realidades. Es el momento mágico de lo que todo es posible, en el que puede ser todo o nada. KARKINOS Obra en la que observamos una bola casi perfecta en el fondo de una cavidad hueca abocinada que se encuentra incluida o en el interior de una masa. La obra vaciada en bronce sobre pedestal de mármol claro. Hallase ahí perdido en el valle de la soledad en donde ha anidado enquistado, se encuentra perdido en el vacío de una oquedad, sintiéndose que no es más que el reflejo de una herido pasada, ni siquiera gana su importancia en ser peligroso o mortal, es tan sólo un excrecencia benigna testigo de algo que fue, que pasó. Os aconsejo que no perdáis la oportunidad de participar en este juego de la comunicación artística que nos ofrecen estos dos creativos.

martes, 8 de marzo de 2016

TOLMO. VANGUARDIAS DEL ARTE EN TOLEDO

https://docs.google.com/document/d/1ndYWLFj87DzZklmkjpHulY-4gGGiNcrbYQFUs5RlLlc/edit?usp=sharing https://drive.google.com/file/d/0BxPnCQ0dyqXoUERfR3p3VVNxT2s/view?usp=sharing https://drive.google.com/file/d/0BxPnCQ0dyqXoeUxHZWVibm92Vms/view?usp=sharing

EXPOSICIÓN EN LA GALERÍA BIOSCA