sábado, 2 de abril de 2016

LENGUAJES VISUALES

Resurge cual Ave Fénix sobre sus cenizas, el maestro de varias generaciones de escultores en Toledo, y cuando parece que ya el universo nos quiere privar de su arte, él se reinventa dándonos una lección de tesón y perseverancia, y es que su mente creadora no ha cerrado por jubilación, Gabriel Cruz Marcos aún tiene mucho que comunicar, las ideas fluyen ante la impotencia de encontrar el medio para transmitirlas y lo encuentra adaptándose al siglo XXI, una experiencia que ya vivió en otras ocasiones negándosele aquello que él más desea, a la vez que él encuentra la salida del laberinto. Gabriel Cruz Marcos nos presenta siete infografías sobre lienzo, en las que plasma a través de una manipulación informática su universo, aquello que le ha dado momentos reales y con los que ha alimentado su espíritu. Su obra actual de nuevo bebe en las raíces de la figuración como lo hacía en la escultura, sin embargo la temática se centra más en el hombre y no tanto en la naturaleza. Es una obra colorista y alegre que invita a ser colocada en estancias en donde el estado de ánimo estuviera predispuesto al comienzo de nuevas energías positivas. El hombre se torna el epicentro generador de emociones capaces de evocar sentimientos que subyacen en su última temática, la que ocupa la creatividad de Gabriel, él es un observador que se posiciona exento del ambiente a la vez que inmerso en el fluir continuo de energías de las que no puede abstraerse, sino más bien dejarse arrastrar, aquellas que envuelven su creatividad y le llevan a plasmarlas a través de nuevas técnicas, toda una aventura para él. De nuevo me ha sorprendido positivamente, ya que si en su anterior exposición dió el salto a la informática, en esta domina el medio y se siente en su nuevo elemento para continuar transmitiéndonos y creando.

ARTEFACTOS Y REVERBERACIONES

Artefactos y reverberaciones es una exposición que ayer día 1 de abril se inauguró en el hall del hotel Beatriz de Toledo y que permanecerá abierta al público durante los primeros días de abril. El trabajo que se nos presenta está consensuado entre la experiencia médica de Pablo Molina y la escultórica de Francisco López. Ambos se sumergen en la aventura de investigar y descubrir el paisaje interior del cuerpo humano, del que aíslan, discriminan y subrayan aquella parte de los órganos que se encuentra en el interior físico del hombre. En su aventura dan un paso de rosca al mero conocimiento y reflejo del cuerpo humano, ya que en su búsqueda se encuentran con un mundo poético con una semántica propia. La obra, en un principio, se nos muestra totalmente abstracta revelando su semántica solo cuando es explicada. Mientras, su significación se pierde en el mundo de la propia interpretación. A mí me evoca una complicidad que surge ante una totalidad desconocida, es en estos comienzos en los que mis sentidos interpretan paisajes poéticos propios, en ese primer momento en que me encuentro con una obra desconocida y ante la que puedo construir mi propia interpretación. Dos son las obras que quiero comentar, ya que son las que más eco he encontrado: OVULACIÓN En la que nos encontramos una pieza en bronce con pedestal de mármol negro, en donde se nos muestra la confluencia de formas geométricas curvas, en las que una masa ovoide atraviesa de manera perpendicular una pared también curva. Las formas huyen de la perfección geométrica añadiendo valor al efecto funcional frente a la perfección de las líneas geométricas, arrancamos la enseñanza que la perfección del cuerpo humano nos aporta, la imperfección perfecta. Ovulación se me antoja el comienzo de un nuevo proyecto, en el que todo se articula para las diferentes posibilidades, de entre las que sólo surgirá una sola realidad. Sin embargo, la obra nos muestra ese momento primero, el que contiene la totalidad de todas las posibles realidades. Es el momento mágico de lo que todo es posible, en el que puede ser todo o nada. KARKINOS Obra en la que observamos una bola casi perfecta en el fondo de una cavidad hueca abocinada que se encuentra incluida o en el interior de una masa. La obra vaciada en bronce sobre pedestal de mármol claro. Hallase ahí perdido en el valle de la soledad en donde ha anidado enquistado, se encuentra perdido en el vacío de una oquedad, sintiéndose que no es más que el reflejo de una herido pasada, ni siquiera gana su importancia en ser peligroso o mortal, es tan sólo un excrecencia benigna testigo de algo que fue, que pasó. Os aconsejo que no perdáis la oportunidad de participar en este juego de la comunicación artística que nos ofrecen estos dos creativos.